Autor: Juan Alfredo Cabrera Hernández*
**¿Otro ranking de playas? Sí, es posible que muchos lectores, sobre todo aquellos más familiarizados con la temática, al encontrarse de pronto con el título de este libro-reporte, le venga a la mente esta pregunta.
Y es explicable, porque durante las últimas décadas son muy frecuentes y recurrentes los rankings de playas, que se nos presentan en los más diversos formatos publicitarios, casi siempre muy llamativos por sus bellas fotos e imágenes complementarias.
En el sector del turismo, que sigue siendo en pleno siglo XXI mayormente “playero”, los rankings son una constante que ha evolucionado más que todo como un instrumento de marketing y de captación de un público muy amplio e interesado en estas clasificaciones jerarquizadas, para saber dónde están las mejores playas para pasarla bien.
Sin embargo, resulta que muchas veces este instrumento de evaluación comparada y de atracción suele ser manipulado, de forma subjetiva, sin el rigor que se requiere, o con fines marcadamente comerciales, y entonces puede conducirnos al lugar equivocado.
Los autores principales de este reporte que ahora tienen en sus manos hicieron primero una revisión crítica de más de 70 sitios web que difunden ranking de playas, analizando que la inmensa mayoría no están respaldados por sistemas técnicamente rigurosos, sino que responden a opiniones de los usuarios y criterios de los editores, casi siempre cargados de subjetividad.
Ciertamente, en los rankings de playas que nos llegan predomina la atención en las variables más visibles y que indudablemente ejercen mayor atracción, como son el color de las aguas y las arenas, o el valor paisajístico en sentido general. Es lo que algunos especialistas y autores reconocidos denominan “aspectos fenosistémicos”.
También suelen considerarse, quizás con demasiada relevancia, los criterios de facilidad de acceso, oferta de servicios, o la ostentación de certificaciones y estándares. Todo ello es la realidad palpable, la que constatamos en nuestros días, lo cual no está totalmente mal, por supuesto.
Lo que sucede es que en la inmensa mayoría de los rankings que vemos muchas veces se pierde de vista que las playas son, esencialmente, sistemas, o más precisamente: ecosistemas costeros. Significa que son mucho más que arena y mar. En ellas hay un trasfondo invisible, que algunos expertos llaman “funcionamiento criptosistémico”, que no es más que una complejidad y un dinamismo intensivo, que se reflejan y son sus causas profundas, en todos aquellos aspectos visibles.
Y justamente esa visión ecosistémica y la búsqueda de una metodología rigurosa, que por ello aporta mayor objetividad, son rasgos distintivos y elogiables de este Reporte de Evaluación y Ranking de Mejores Playas 2023, auspiciado por el Centro Internacional de Formación en Gestión y Certificación de playas y el Grupo de Investigación en Sistemas Costeros.
En este caso, el énfasis ha sido puesto en el análisis de los factores e indicadores que aseguran una clasificación objetiva y más duradera para un cierto período de tiempo, precisamente porque se basa en los fundamentos profundos de esos sistemas que son las playas, específicamente las playas urbanas, poblado y rurales.
Este Ranking de Mejores Playas supera con creces la visión subjetiva y se soporta en un marco conceptual-metodológico robusto, que ha venido conformándose por un amplio colectivo de autores y evaluadores, durante muchos años de debates científicos, experiencias prácticas y lecciones aprendidas consensuadas.
Aquí las playas han sido previamente muy bien definidas como unidades espaciales integradas socio-naturales, que prestan servicios y bienestar humano, es cierto, pero en que debe resguardarse ante todo una estructura compleja de base y una estabilidad mínima de su funcionamiento como ecosistema.
En el "Marco de Priorización de Playas" que se adopta, como metodología fundamental de evaluación, se consideran acertadamente todas las dimensiones y funciones de las playas que deben tenerse en cuenta: protección, conservación, recreativa y sanitaria.
Y de eso se trata, de que finalmente se va perfilando una nueva visión y propuesta conceptual-metodológica de los rankings de playas, que considera factores e indicadores de base natural y ecosistémica, que sobre todo y a nuestro juicio, es lo más importante. Responde a una tesis esencial que muchos hemos defendido durante años y que aquí se cumple: el modelo o sistema de gestión, y sobre todo de una gestión preventiva y adaptativa, debe ser la base de los rankings de las playas. Ello es vital si se pretende realmente un proceso objetivo, científicamente fundamentado y confiable en el tiempo.
Claro está que toda ésta buena propuesta no deja de ser un primer paso. En el futuro inmediato, en los próximos años, deberá lograrse la representación de todos los países y sobre todo la consideración de otras muchas playas reconocidas y claves de las localidades costeras de nuestra región Iberoamericana.
También pensamos que algunos criterios e indicadores y la forma de medirlos y ponderarlos unos con respecto a otros merece seguirse ajustando. Pero mientras que los especialistas y técnicos continúan este necesario empeño de generalización y de perfeccionamiento, que sin dudas llegó para quedarse, los gestores y tomadores de decisión tienen aquí una herramienta básica para trabajar. Y tiene el sector del turismo y específicamente los turistas una guía rigurosa para su accionar. Pero sobre todo tiene la gente, tiene la sociedad civil y sus líderes, una información de excelencia para sus actividades y proyecciones de vida del presente y del futuro inmediato.
Muchas gracias y felicitaciones a los inspiradores, organizadores, autores y evaluadores, que todos juntos han aportado a este nuevo granito de arena.
*Juan Alfredo Cabrera Hernández
Doctor en Ciencias Geográficas y Profesor Titular
Observatorio COSTATENAS- Universidad de Matanzas (Cuba)
**Texto presentación del Reporte del Ranking 2023, disponible en https://cifplayas.org/ranking2023/