Autor: John Edison Usuga. Tripulante de la embarcación Orión de la regata de investigación 2024-2
Foto: Canva 2024
La capacidad de carga en playas turísticas es un concepto clave para entender y gestionar de manera sostenible estos espacios naturales. Se define como la cantidad máxima de visitantes que una playa puede recibir sin causar impactos negativos en el medio ambiente, la experiencia del visitante y la comunidad local. Regular y estimar esta capacidad es esencial para preservar el equilibrio de los ecosistemas costeros, evitar su sobrecarga y garantizar su disfrute a largo plazo.
Los factores que influyen en la
capacidad de carga son diversos y se dividen principalmente en naturales y
humanos. Entre los naturales destacan la extensión, morfología y pendiente de
la playa, así como la presencia de ecosistemas sensibles como dunas o
arrecifes. Por otro lado, los factores humanos incluyen el perfil de los
visitantes, las actividades realizadas, la duración de la estancia y el nivel
de infraestructura disponible, como accesos, servicios sanitarios y áreas de
descanso.
Para abordar estos retos, se han desarrollado diversos métodos para estimar la capacidad de carga. Entre los más utilizados están la observación directa, el aforo y conteo de visitantes, las encuestas y entrevistas, así como modelos y simulaciones que permiten realizar proyecciones basadas en datos físicos y sociales. Estas herramientas no solo facilitan la toma de decisiones informadas, sino que también ayudan a diseñar estrategias específicas para optimizar el uso de las playas sin comprometer su sostenibilidad.
Un ejemplo de aplicación práctica se
encuentra en Playa Blanca, Cartagena, donde se identificaron diferencias
significativas en la capacidad de carga entre zonas invadidas y no invadidas.
Los resultados mostraron cómo factores como la limpieza, la percepción de los
usuarios y la infraestructura afectan la capacidad recreativa de la playa. Este
estudio destacó la importancia de implementar estrategias dinámicas que
incluyan educación ambiental, regulación de actividades y planificación
eficiente del espacio.
Frente a estos desafíos, es fundamental promover estrategias de gestión que integren la sostenibilidad como eje central. Entre ellas se encuentra el establecimiento de límites de densidad de usuarios, la regulación de actividades y comportamientos, y el ordenamiento del espacio mediante un diseño eficiente y respetuoso con el entorno natural. Además, la educación y sensibilización de los visitantes y las comunidades locales juegan un papel esencial en la preservación de estos frágiles ecosistemas.
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