Autor: Phd. Camilo M. Botero
El parámetro del perfil geomorfológico de la playa es crucial para entender el comportamiento de los sedimentos y detectar procesos erosivos o de sedimentación. Este análisis permite evaluar cómo se mueve la arena estacionalmente, tanto hacia el mar como hacia la tierra, y relacionarlo con datos meteorológicos y oceanográficos, como el viento y el oleaje. Así, podemos predecir con mayor precisión la dinámica de la playa ante eventos extremos y planificar adecuadamente los espacios costeros, minimizando la vulnerabilidad de las infraestructuras cercanas.
Este parámetro se
mide mediante un perfilador manual, validado por una investigación de la
Universidad de Delaware en 2008. Construido con materiales domésticos a un
costo aproximado de 150 dólares, permite una recolección mensual sencilla de
datos. La medición se realiza en marea baja, una vez al mes, siguiendo un
ángulo constante determinado desde el punto de monitoreo inicial. Este proceso
toma entre 25 y 35 minutos, y es fácil de aprender; en dos sesiones, un
ciudadano científico puede adquirir la habilidad necesaria para medir con
precisión.
Los datos recolectados se ingresan en una aplicación llamada Kobo Collect, que los envía a una hoja de cálculo central. Esto facilita el análisis mensual del perfil de la playa y permite observar cambios en la distribución del sedimento a lo largo del tiempo. En términos generales, el voluntario necesita dedicar solo una hora al mes para realizar esta tarea.
El valor científico de este parámetro es inmenso; es fundamental para analizar la dinámica litoral y detectar cambios que puedan afectar infraestructuras o ecosistemas costeros. También sirve como alerta para intervenciones directas cuando sea necesario. Desde una perspectiva comunitaria, este conocimiento es vital para entender mejor las playas y tomar decisiones informadas sobre cómo manejar la erosión sin recurrir a soluciones contraproducentes como muros de piedras.
La participación
activa de ciudadanos científicos no solo mejora su comprensión del entorno
natural, sino que también fortalece los debates sobre erosión con datos
precisos. Esto es especialmente relevante dado el aumento especulativo del
valor de los terrenos frente a las playas y las presiones políticas
resultantes. Con datos sólidos del perfil geomorfológico, será posible
argumentar mejor sobre la ubicación adecuada para nuevas construcciones y qué
tipos de edificaciones son viables cerca de la costa.
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